Las organizaciones que necesitan ser extremadamente minuciosas y libres de riesgos necesitan más transparencia y control en sus contratos.
Por otro lado, aquellas cuyo objetivo es la velocidad pueden necesitar una herramienta que pueda energizar a su personal y proporcionar formas de acelerar el proceso al reducir la cantidad de ojos necesario para revisarlos.
Cuando nos piden implementar un CLM, normalmente comenzamos pidiéndole nuestros clientes que nos guíen a través de una solicitud de un contrato típico y escuchamos las perspectivas tanto del equipo legal como de las áreas comerciales.
El equipo legal puede tener problemas con la cantidad de trabajo que tiene que hacer o los cortos tiempos demandados por ventas, mientras que el área comercial puede tener problemas con el tiempo que necesita el abogado para revisar un contrato.
Si das un paso atrás y realmente evalúas tus procesos con estas diferentes perspectivas en mente, puedes simplificar el proceso y delegar la carga de trabajo uniformemente y aumentar la eficiencia.
La solución en este caso podría ser quitar parte de la carga de trabajo de los abogados y, al mismo tiempo, empoderar al equipo de ventas con un playbook, generando así confianza entre los dos equipos.
Las empresas deben ser abiertas al cambio y flexibles con sus estándares. El hecho de que algo se haya hecho de una manera durante mucho tiempo no significa necesariamente que no se pueda mejorar.
Normalmente hay algunas piezas innecesarias enterradas dentro del proceso de gestión de contratos que pueden eliminarse.
Observa lo que está haciendo tu organización y realmente cuestiona cada paso para que puedas encontrar los lugares que necesitan mejorar.